Latinoamérica: cultura, sabor y depresión

En el año 2015, 788,000 personas murieron a causa de suicidio. La depresión es un trastorno mental muy frecuente y los latinoamericanos no son la excepción de dicho padecimiento. El 22.4 % de la población en Lationoamérica padece de trastornos depresivos y ansiosos.

 
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La sociedad latinoamericana, localizada en el hemisferio occidental del mundo, es un conjunto de diversidad cultural, de ideologías, colores, creencias y tradiciones. Latinoamérica se caracteriza por tener ‘sabor’ en la esencia de sus pueblos. 

Sin embargo, no todo es colores y alegría.  Según estadísticas del Banco Mundial para 2017, el 22.4 % de la población latinoamericana padecía trastornos mentales como la depresión y trastornos ansiosos.

La Revista Semana en su artículo “Colombia es el octavo país con más gente deprimida en América Latina” menciona que Brasil es el país con más depresión en América Latina. Este trastorno mental afecta al 5.8 % de la población brasileña (11,548,577 personas), lo que ubica a esta nación por encima de la media mundial y la sitúa a la cabeza de los países de América Latina.

Después de Brasil, aparecen los siguientes países: Cuba (5.5 %); Paraguay (5.2 %); Chile y Uruguay (5 %); Perú (4.8 %); Argentina, Colombia, Costa Rica y República Dominicana (4.7 %), Ecuador (4,6 %), Bolivia, El Salvador y Panamá (4.4 %); México, Nicaragua y Venezuela (4.2 %); Honduras (4 %) y Guatemala (3.7 %).

El Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales en su quinta edición (DSM-V) clasifica a la depresión mayor como un trastorno del estado de ánimo, también denominada: trastorno depresivo mayor o depresión clínica. 

La depresión es un trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. Afecta los sentimientos, los pensamientos y el comportamiento de una persona, y puede causar una variedad de problemas físicos y emocionales. Es posible que la persona tenga dificultad para realizar las actividades cotidianas y que, a veces, sienta que no vale la pena seguir viviendo.

Los síntomas de la depresión pueden dividirse en: psicológicos (sentimientos y pensamientos), físicos (alteraciones del sueño, en la alimentación, fatiga y falta de energía), de conducta (desinterés y falta de motivación), intelectuales o cognitivos (disminución en la capacidad de concentración) y sociales (aislamiento y deterioro en las relaciones sociales).

Si hablamos del origen de la depresión, debemos tomar en cuenta varios factores.  Su origen puede ser atribuido a factores biológicos, personales y ambientales.

La depresión se puede desarrollar debido a alteraciones en los neurotransmisores, por alteraciones en áreas del cerebro como el sistema límbico y la corteza prefrontal. Sin embargo, aunque en la actualidad aún no se ha señalado un gen específico que se relacione con la aparición de la depresión, la herencia genética aumenta las posibilidades de desarrollar un trastorno depresivo.

Las personalidades más inseguras, ansiosas, dependientes, perfeccionistas y autoexigentes, tienen más posibilidades de desarrollar una depresión.

Factores ambientales también contribuyen al desarrollo de la depresión.  Por ejemplo sucesos traumáticos, duelos, situaciones económicas precarias, enfermedades agudas, entre otros.

Los fármacos y la terapia cognitivo conductual son elementos muy eficaces para ayudar a la mayoría de las personas con depresión.

Es muy importante recalcar que la depresión mayor es una discapacidad y debe ser tratada. Muchas personas con trastornos mentales no buscan ayuda profesional por diferentes situaciones.  Sin embargo, el cuidado de la salud mental es impresindible para todo ser humano, ya que una alteración en ella afecta la vida a nivel general. 

 

Por María Inés Elgueta, Psicóloga

6 de noviembre de 2019, Guatemala

 

Fuentes:

 

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