Sífilis: ¿hasta dónde llegamos en nombre de la ciencia?

El ser humano y las enfermedades han sido las figuras centrales en la historia de la medicina. La medicina durante siglos ha utilizado el cuerpo humano como conejillo de indias con el propósito de crear una cura para mejorar y alargar la vida de las personas.   En octubre de 2010, la exsecretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, expresó sinceramente una disculpa al país de Guatemala: “Lamentamos profundamente que esto haya sucedido y ofrecemos nuestras disculpas a todas las personas que resultaron afectadas por esas abominables prácticas de investigación.”   

 
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Entre los años 1946 y 1948 científicos americanos realizaron experimentos con cientos de guatemaltecos infectándolos intencionalmente con sífilis y gonorrea.     

Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos estaba pasando una proliferación de contagio en sus tropas militares con enfermedades de trasmisión sexual; es aquí donde científicos, médicos y funcionarios de la salud pública consideraron los pasos para tratar STD (enfermedades de trasmisión sexual) que se desarrollaban en las tropas en tiempo de guerra.  En 1946, la primera investigación clínica se realizó en una penitenciaria estadounidenses de Terre Haute, ubicada en el estado de Indiana; en este ensayo fueron contagiados 241 voluntarios humanos con la bacteria de gonorrea.  Las investigaciones de este ensayo fueron detenidas por temas de índole legal y político. 

Los resultados que se obtuvieron con el experimento realizado en Terre Haute no fueron satisfactorios para los científicos, generaron poco y pobre contenido para la ciencia, cuyo único objetivo era tratar de prevenir y controlar las enfermedades de transmisión sexual.  Consideraron otras formas de poder trasmitir la enfermedad e identificaron que era necesario realizar una transferencia directa de las secreciones del paciente infectado a la uretra de pacientes sanos. Ellos estaban conscientes que tendrían que utilizar humanos para proceder con este experimento.   La investigación en Terre Haute sentó un precedente importante para aplicar restricciones éticas relacionadas con utilizar humanos con el consentimiento individual, y al mismo tiempo generó el temor a las consecuencias legales adversas.  

El emprendimiento clínico que iniciaron los militares y médicos de Estados Unidos para combatir STD tenia que continuar, ya que su tasa de mortalidad en relación a esta enfermedad incrementaba.  Se vio la posibilidad de llevar a cabo estudios controlados cuidadosamente en Guatemala, pero ¿cómo lo hacían?, pues seleccionando para las primeras investigaciones prostitutas, militares y prisioneros.  Colocaron los patógenos de sífilis en los órganos reproductores de las prostitutas antes de que tuvieran contacto físico con los hombres; al mismo tiempo, experimentaron en colocar la bacteria de forma directa en la uretra de los hombres. Es aquí donde la cantidad de infectados aumentó con rapidez.  Los científicos empezaron a tener acceso a otras instituciones guatemaltecas, cuarteles militares, orfanatos y centros de salud mental.  A los niños y personas con problemas de salud mental les realizaron rasguños en la piel y en los genitales para introducir la bacteria, e incluso en algunos casos la bacteria se inyectaba en la médula espinal o se les forzaba a tragarla. Los guatemaltecos fueron específicamente selectos por ser los más vulnerables, y sobre todo, por la incapacidad de poder protegerse o tener a alguien, es decir, algún familiar, amigos o un líder que representara sus intereses.  Lamentablemente estos experimentos fueron aprobados por el Gobierno de Guatemala en esa época.

En este experimento estuvieron involucrados más de 2,000 personas, y únicamente 962 recibieron tratamiento médico a través de antibióticos, como la solución orvus-mapharsen y la penicilina que eran las vacunas efectivas para erradicar las enfermedades venéreas; y para garantizar la efectividad de los medicamentos, había que infectar a un grupo grande de personas.  

En el contexto médico las decisiones tomadas por las líneas de mando de esa época violaron los principios éticos de la medicina, ya que quienes participaron en este experimento no dieron su consentimiento y fueron engañados, ya que se les indicó que lo que se les estaba inyectando eran vitaminas. Todas estas personas que participaron en este infortunado ensayo clínico merecían un trato justo, seguimiento por parte de las autoridades, además de los cuidados intensivos necesarios; y aquellos que no recibieron tratamiento alguno, merecían tener atención especial para poderles brindar una excelente calidad de vida.  Hipócrates fue el primer médico en analizar los errores que se cometieron en la medicina, y los consideró como la mejor forma de aprender. Sin embargo, este es un caso que refleja mucho más: el lado negativo de la medicina, y como esta se antepuso en contra de los principios éticos, considerándose uno de tantos casos de violación ante los derechos humanos, que dejó repercusiones no solo en las víctimas, sino también en sus generaciones.

Como consecuencia positiva ante estos actos con más de 70 años, las instituciones encargadas por velar los derechos humanos y la salud de las personas han reforzado y generado más regulaciones gubernamentales, que expresan los requisitos éticos ante las investigaciones científicas con humanos.  La OMS es una institución que tomó una actitud de firmeza para lograr que los experimentos con seres humanos sean bien informados y  transparentes. 

Tomo como referencia un comunicado de prensa publicado en el periódico argentino Clarín en 2006, donde Thymoty Evans, Subdirector General de la Agencia de Salud de la ONU, refirio en sus palabras: “El registro de todos los ensayos clínicos y la revelación de toda la información esencial en el momento del registro son fundamentales para asegurar la transparencia de la investigación médica y el cumplimiento de las responsabilidades éticas con los pacientes y demás participantes en los estudios.”

Sería interesante analizar la siguiente pregunta: ¿habrá valido la pena el ensayo clínico realizado con cientos de guatemaltecos con el próposito de encontrar la cura efectiva que hoy en día beneficia a millones de personas?

Por Zinnia Melgar, Psicóloga

17 de enero de 2020, Estados Unidos

Fuentes:

 

© 2020 Zinnia Melgar, protected under British Copyright Law 1988.