Salud mental a prueba

¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuando lees o escuchas la palabra ‘pandemia’? ¿miedo? ¿crisis? ¿pánico?

El 11 de marzo de 2020 la OMS declaró oficialmente que el mundo está viviendo una pandemia. No es la primera vez y tampoco será la última, y este invasor vino para quedarse. Esta pandemia llamada oficialmente “COVID-19” tiene algo en común con algunas pandemias anteriores, y es que comenzaron su trabajo mortal en Asia o África; y la era digital en la que vivimos hace que todos experimentemos la pandemia en vivo y a todo color en cuanto al seguimiento diario, los países afectados, número de casos –personas infectadas y muertes–, y como resultado, ha generado algo que yo llamo ‘pánico adicional’.

 
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El alto grado de propagación del virus nos ha obligado a tomar medidas extremas con el objetivo de contenerlo; en muchos países se han impuesto cuarentenas –aislamiento–, se ha limitado considerablemente el movimiento de las personas y su exposición con sus alrededores.  Socializar ya no es una recreación, ahora es una prohibición. Esta situación está impactando directa y grandemente nuestras vidas. Adicionalmente, ha logrado colocar al sistema de salud y la economía en una cuerda floja.

Con el grado de globalización que tenemos hoy en día, un virus como este no es difícil que se propague, está haciendo de este mundo algo irreconocible. ¿Quién iba a decir cinco meses atrás que las ciudades iban a paralizarse? ¡nadie!

Nos estamos enfrentando a una situación emergente que está causando incertidumbre, estrés, ansiedad, angustia, etc. Nos cuestionamos  y nos preguntamos unos a otros ¿qué va a ocurrir?, ¿cuánto tiempo más?  La realidad es que en algunos casos esta situación no está sacando lo mejor de nosotros. Surgen enojos, irritación, indiferencia y frustración ante las recomendaciones de las autoridades sanitarias, como el uso indispensable de mascarillas y guantes para poder salir de nuestros hogares, vemos marcas en los suelos para distanciarnos unos de los otros, socializar (reunirnos, saludar de beso, estrechar la mano), viajar por ocio o trabajo no será lo mismo. Se aproxima una montaña rusa de emociones y cada individuo la experimentará a su manera según su entorno; es entendible que predomine el miedo ante estas recomendaciones, pero es importante mantener la calma.

Pongamos las cartas sobre la mesa, estamos experimentando un proceso de negación, enojo, miedo y tristeza, nuestra mente no concibe la idea de lo que está pasando en el mundo, y sin embargo, seguimos buscando culpables. Hablemos de nuestro cerebro: ¿qué está pasando con él? pensamientos negativos como ¿es el fin del mundo? ¡sin la vacuna nos morimos! ¿qué haré sin trabajo? ¡el encierro es insoportable! pueden poner en juego nuestro control mental, y es muy importante que cada quien lo mantenga. Debemos tener el control de nuestras ideas.

Y sí, hoy en día el miedo y la tristeza se están volviendo nuestras compañeros. Pero necesitamos que estas emociones sean temporales y cambiarlas por las que hace unos meses guiaban nuestro día a día. Lo que quiero decir es que es vital ayudar a nuestro cerebro a trascender del proceso negativo al positivo. Definitivamente esto ha repercutido en la salud mental de las personas, ya nadie está en su zona de confort, por lo tanto, generar pensamientos positivos ante esta situación es una recomendación, créeme, tu salud mental depende de ello.

¿Por qué es importante que empieces a generar salud mental y que la pongas en práctica en tu vida? porque es el motor que mantiene en control tus emociones, hace que te sientas bien contigo mismo y sobretodo mantiene una buena autoestima.  Si empiezas hoy, serás una persona segura y no usarás la impulsividad al momento de tomar decisiones; pensarás antes de actuar, tus relaciones interpersonales serán favorables y los problemas podrás afrontarlos con la perspectiva correcta.

Una vez logremos todo lo mencionado anteriormente, puedo decir que estarás preparado para ver oportunidades y aprendizajes en vez de problemas, además estamos ayudando a no crear más controversia; si estás experimentando emociones negativas leves, no te angusties, no es necesario que busques ayuda profesional; esto es una etapa temporal. Dejemos libres a los profesionales de salud mental y clínica para quienes de verdad lo necesitan.  Seamos solidarios y aprendamos a sanarnos en casa.

La vida nos está regalando una experiencia inédita y estamos comprobando nuestra vulnerabilidad y fragilidad como humanidad ante este evento. Pero está en cada uno de nosotros sacar lo positivo. Últimamente me he estado preguntando ¿qué es lo primero que quiero hacer cuando termine esta situación y regresemos a la normalidad? -si es que ‘normalidad’ encaja en lo que conocíamos anteriormente.  Posiblemente habrá nuevos comienzos para muchos, nada será como antes y es una realidad que las cosas cambiaron allá afuera así como tú posiblemente estás cambiando en esta cuarentena. Pero ojalá esta situación sea de provecho para analizar cómo está tu vida en general y que este tiempo de aislamiento o convivencia familiar sea útil para hacer los cambios y ajustes necesarios en tu salud física, emocional, mental y espiritual.

En pocas palabras, tener salud mental es un arma que te ayuda a enfrentar situaciones adversas e inesperadas de manera apropiada. La meta debe ser que en nuestra rutina diaria incorporemos salud mental y pongamos en práctica lo siguiente:

“Cuando la situación es buena, disfrútala.  Cuando la situación es mala, transfórmala.

Cuando la situación no puede ser transformada, transfórmate”. 

Viktor Frankl

 

Zinnia Melgar, Psicóloga

10 de abril de 2020, Estados Unidos

 

Bibliografía:

 

© 2020 Zinnia Melgar, protected under British Copyright Law 1988.