Relación médico-paciente: el punto de partida

Curar va más allá de tratar o sanar una enfermedad; curar también implica cuidar al paciente, respetar su dignidad e incluso compartir su dolor.

En la práctica médica, una buena comunicación es tan importante como el mismo conocimiento; esta constituye un pilar en el proceso de recuperación del paciente, y ¿acaso no es ese el objetivo primordial de todo médico? sin embargo, a menudo los profesionales de la salud se enfocan más en reducir síntomas, que en entender al paciente que los padece.

Al convertir centros de salud en empresas, a los pacientes se les asigna la condición de clientes, y su enfermedad se percibe como ‘algo que debe solucionarse’; por lo tanto, la visita médica se reduce a una simple recopilación de datos, que si bien es necesaria, debe hacerse con sensibilidad, mostrando un genuino interés en el paciente y sus circunstancias.

 
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La comunicación es una habilidad.

Esta debe aprenderse y ejercitarse a diario en la consulta médica, ya que es la base de una relación médico-paciente exitosa que beneficia a ambas partes, pues aumenta el apego al tratamiento, reduce la depresión o desesperanza, facilita la promoción de la salud y enriquece la formación del médico.

 

No se trata solo de informar.

Si la comunicación no es efectiva puede afectar negativamente el proceso. El médico debe asegurarse de que el paciente comprende la información que le brinda, de allí la importancia de que sepa redactar, en el caso de proporcionar información escrita, de que cuide el tono de su voz y sepa expresarse, siempre con empatía, prestando atención a sus gestos, su postura, haciendo contacto visual con el paciente para que no se sienta ignorado y recurriendo al tacto apropiado y oportuno como muestras de apoyo. Todo esto influye en la manera en la que el paciente percibe el mensaje e interpreta la información médica.

 

Más que un tratamiento.

El tiempo que se dedica a cada paciente puede variar y debe ser el necesario según cada caso. Algunos pacientes desean sentirse escuchados, comprendidos y acompañados. Necesitan compartir sus experiencias y aclarar sus temores y preocupaciones. Todo esto mejora, desde allí, su calidad de vida.  

Pero si la relación médico-paciente es vacía o hasta irritante, el paciente se desanima y podría perder todo interés en su propia mejoría. Esto va lejos del propósito de la medicina, por lo cual es indispensable que los profesionales de la salud aprendan a comunicarse adecuadamente, que eliminen la figura dominante con la que muchas veces se les asocia, que reduzcan la posibilidad de obstáculos, y que estimulen la interacción para poder forjar una alianza basada en seguridad y confianza.

Todo esto beneficia al paciente, e inevitablemente, aumenta la competencia profesional.

 

Por Alejandra Contreras, Lingüista de información de la salud

20 de junio de 2019, Guatemala

 

Fuentes: 

  • Gelabert, A., Fortuny, B., Payeras, J. COMUNICACIÓN MÉDICO-PACIENTE: Reflexiones para un cambio de modelo. Marge Books 2012.

  • Castañeda, MC., Medicina y comunicación, una herramienta fundamental para la interrelación médico-paciente. Revista Cubana de Información de Ciencias de la Salud, julio de 2013 http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2307-21132013000300010 consultado junio de 2019

  • Maglio, P. LA DIGNIDAD DEL OTRO, Puentes entre la biología y la biografía. Libros del Zorzal

  • Petra, IM, La enseñanza de la comunicación en medicina. Investigación en Educación Médica, UNAM, junio de 2012 http://riem.facmed.unam.mx/node/285 consultado junio de 2019

 

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